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Demolición a base de fina pólvora

undefinedMarcó Riki en la única vez que el Deportivo pisó área contraria y nadie se inmutó. El Bernabéu siguió comiendo pipas entre charlas sobre la rubia de la tercera fila, los jugadores ni fruncieron el ceño y ni siquiera Cristiano torció el gesto. Todo estaba enmarcado dentro del guión que se iba desarrollando sobre el verde tapete. El gol, inesperado, no inquietó a nadie, tal era la superioridad madridista. Las causas eran evidentes: Mou metió a Ramos en la derecha y en diez minutos había destrozado el costado zurdo de los deportivistas más que Arbeloa en toda la temporada. No es un asunto agrio ...